Una instancia electoral de ruptura

Breve recorrido por nuestra histórica voluntad de elegir

por Ramón Peña

El 6 de diciembre de 1998 se realizan las últimas elecciones presidenciales en el marco de la Constitución Nacional de 1961. Por primera vez los comicios presidenciales y legislativos se hacen en fechas distintas. Los dos grandes partidos tradicionales, Acción Democrática y Copei, en esta ocasión, no presentan candidatos.

Compiten dos aspirantes con el apoyo de nuevas coaliciones políticas. Henrique Salas Romer, ex gobernador del Estado Carabobo, del partido Proyecto Venezuela, en asociación con Acción Democrática y Copei. Por otra parte, el militar Hugo Chávez Frías, cabecilla de un frustrado golpe de estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, sobreseído durante la presidencia de Rafael Caldera, se presenta como candidato del Movimiento V República en una alianza con los partidos Movimiento al Socialismo, Partido Comunista de Venezuela y Patria para Todos, agrupados en lo que se conoció como el Polo Patriótico.

Con la promesa de ruptura del estatus de democracia liberal que había privado durante 40 años de vida institucional democrática, el cual se fundaría en una nueva constitución nacional, que moldearía una renovación política en todas las instancias, Chávez Frías logra un amplio triunfo, con 56.20% de los votos contra 39.97% de Salas Romer. Otra aspirante, Irene Sáez, ex reina de belleza, consigue una votación de 2.82%.

La votación, determinantemente mayoritaria de Chávez Frías, fue alentada por su promesa de erradicar la pobreza, de liquidar la corrupción administrativa, que atribuía al predominio del bipartidismo imperante, y liberar a la nación de la dependencia imperialista que a su juicio la sojuzgaba. Tal oferta, bajo la bandera de un denominado neo bolivarianismo, como fuente ideológica, para rescatar la dignidad de los venezolanos y sembrar el progreso en una nueva etapa histórica del país que bautizó como la “Quinta República”.

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