Breve recorrido por nuestra histórica voluntad de elegir/ Comicios en dictadura

Ramón Peña

Foto tomada de Venezuela Inmortal (Facebook)

El régimen dictatorial que asume el poder, luego del derrocamiento del gobierno constitucional de Rómulo Gallegos, promulga un nuevo estatuto electoral en el cual se eleva a 21 años la edad requerida para ejercer el derecho al voto. Convoca para el 30 de noviembre de 1952 a elecciones para elegir una nueva Asamblea Nacional Constituyente

Excluidos de participar por estar ilegalizados fueron los partidos Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela. Sí lo hicieron Unión Republicana Democrática (URD), Copei y, representando al oficialismo, una organización política llamada Frente Electoral Independiente (FEI). Recuérdese que el voto era manual y se hacía mediante tarjetas rectangulares de colores que identificaban a cada partido. Una curiosidad, propia del ventajismo oficialista, era la tarjeta del FEI, ésta no era rectangular sino redonda y su figura era visible a través del sobre de votación, circunstancia intimidatoria que  identificaba a quienes votaban a favor o en contra de la represiva dictadura.

URD, al que se sumaron los seguidores de los partidos ilegalizados, obtuvo una amplia mayoría. La dictadura desconoció aquel resultado, e impidió su publicación. Según algunas fuentes,  los resultados en cifras  le dieron a URD 1.198.000 votos, a FEI 403.000 y a Copei 306.000. Pero el fraude se impuso a la fuerza y la autoridad electoral proclamó una Asamblea Constituyente con mayoría determinante de diputados del FEI, la cual designó como presidente constitucional al coronel Marcos Pérez Jiménez.  

Foto Wikipedia

Cinco años más tarde, cumplido el período presidencial de Pérez Jiménez, se convocó a nuevos comicios, esta vez bajo la modalidad de un plebiscito que prorrogaría o no por otros cinco años la permanencia del militar en el poder y simultáneamente escogería, de una lista única presentada por el régimen, a diputados y senadores al Congreso Nacional, diputados a las asambleas legislativas y concejales municipales. No hubo presencia ni campaña de organizaciones de oposición. El resultado de esta supuesta elección, celebrada el 15 de diciembre de 1957, fue publicado en Gaceta Oficial, con información emanada del Consejo Supremo Electoral, que mostraba el siguiente balance para la presidencia de la República:  votos válidos 2.738.972, votos nulos 186.013, votos por el sí a la continuidad de Pérez Jiménez en el poder 2.374.790.

La farsa de este presunto evento electoral agravó el clima existente de repudio a la dictadura y, unas semanas más tarde, se materializó su fin el 23 de enero de 1958.

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