Un camino para todos

Las elecciones, en condiciones que estimulen la participación de todos y la aceptación de sus resultados por parte de todos, ofrecen el camino más venezolano de solución a la crisis venezolana

por Ramón Guillermo Aveledo

 

Las elecciones, en condiciones que estimulen la participación de todos y la aceptación de sus resultados por parte de todos, ofrecen el camino más venezolano de solución a la crisis venezolana, por motivos de historia y cultura política. Porque la solución no está en manos ajenas ni manu militari. Para devolver a los venezolanos el protagonismo.

Cuando la crisis venezolana se agrava y las perspectivas de solución lucen estancadas, la gente se decepciona, pierde confianza en el liderazgo y se siente débil ante lo abrumador de los problemas que lo afectan y espera por una solución externa a la sociedad, alimentando así a la crisis misma. Los venezolanos sentimos que todo empeora. Una sensación de estancamiento contribuye a percibir con pesimismo el desenlace.

El juego trancado no se resuelve por la fuerza. La oposición política, en ninguna de sus expresiones, no tiene la fuerza con poder coercitivo. El grupo en el poder tiene la de la represión, pero es débil en todo lo demás e impotente ante los problemas reales y sus causas. Cunde la idea de que “Gobierno y oposición no se ponen de acuerdo”. La negociación política es indispensable y sin embargo, muchos desconfían, por experiencia y porque en una negociación hay que estar dispuesto a ceder y cumplir lo acordado. A la negociación, la oposición no le tiene fe y el poder no la ve necesaria. El resultado es una crisis que empeora y que a este paso se le irá de las manos a todos los actores.

El artículo completo en El Estímulo

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